viernes, 30 de marzo de 2018

La finca La Solana de Fontcalent.

En una de las faldas de la Sierra Fontcalent, junto a la ciudad de Alicante, existe una antigua hacienda de nombre "La Solana". A caballo entre las partidas rurales de Vallonga y Fontcalent, su nombre resulta muy apropiado, ya que se ubica en la ladera que da al medio día.

Mapas de ubicación de la Sierra Fontcalent y la finca "La Solana".
Extraído de: Visor GVA y Callejero Ayto. Alicante. Modificado por E. Rosillo.

La descubrí en mi primera subida a la Sierra Fontcalent, con mi amigo David, hacia principios de los 90. Íbamos cresteando y al asomarnos de ese lado descubrimos los restos de las dos edificaciones y los antiguos bancales que aún se dibujan desde las alturas. Semanas después nos acercamos con las bicicletas, para curiosear in situ, descubrimos un lugar que en su día fue una notable finca agrícola, pero que ahora se encontraba en estado de ruina. Apenas eran reconocibles una casa-cueva, un conjunto de balsa y lavadero y una casita de campo.

Vista general de "La Solana" desde la cima de la Sierra Fontcalent, 2017.

Casa-cueva desde lo alto de Fontcalent. 2017

Chalé y Balsa-lavadero desde lo alto de Fontcalent. 2017

Por mucho tiempo mi indagación sobre este lugar se detuvo ahí, hasta que en 2010 organicé la primera Volta a Peu en defensa de la Sierra Fontcalent. El recorrido reivindicativo discurría por la Senda del Poeta y habíamos planificado una parada en La Solana, para hablar de la geología de la montaña. Cuando reanudábamos la marcha, uno de los asistentes me preguntó si conocía el aljibe de La Solana.
- ¿Cuál el que está dentro de una de las casas? - le repliqué.
- No hombre, no... el grande... - y señaló hacia la loma que había entre las dos ruinas.
Ví una estructura en forma de chimenea cilíndrica que hasta ese momento había pasado desapercibida para mí en las visitas anteriores, unos metros por debajo se apreciaba una oquedad que penetraba en el montículo. Teníamos que proseguir con la excursión, pero una creciente curiosidad por el enclave me citaría con la finca más adelante.

Aljibe de la Solana.


Las Fuentes

Necesitaba información sobre el pasado de la finca, pero no sabía por donde empezar, recurrí entonces a mi amigo Mandi Tarí, vecino de El Rebolledo y gran conocedor de las partidas rurales. Me dijo que hablase con Vicente Roselló (El Médico), pediatra de profesión y propietario de la finca Lo Reig en El Rebolledo y cuya familia había sido titular de La Solana en el pasado. Así que un día acompañado de Manuel Benito (vecino mío y familiar de Vicente Roselló), me presenté en Lo Reig con la intención de desentrañar algo de la historia de La Solana. La reunión fue de lo más interesante y Vicente, de verbo fluido y buena memoria, nos habló largamente sobre su pasado familiar y su relación con esta abandonada finca. Además nos brindó otra importante fuente, ya que nos recomendó que hablásemos con Fernando Huesca, un simpático y entusiasta nonagenario de El Rebolledo, que junto con su familia, había servido tiempo atrás en la misma finca. Gran parte de la información que se vierte aquí proviene de la memoria de ambos.

Fernando Huesca, en su casa de El Rebolledo.

Manuel Benito (izquierda) con Vicente Roselló (derecha) en su finca
 "Lo Reig" de El Rebolledo. 


Historia de la finca

A principios de los años 40, siendo Fernando Huesca un adolescente, su progenitor fue contratado como mayoral de La Solana y toda la familia se trasladó allí. El propietario era Ángel Herrero, procurador de los tribunales y director de la cárcel de Alicante, su hijo Amando también se dedicaba a las leyes, era abogado.

Recurso de alzada, interpuesto por Ángel Herrero.
Representando a Tranvías y Electricidad S.A. contra
el Ayuntamiento de Alicante.
Archivo Municipal de Alicante.

Recomendación de Ángel Herrero a un amigo.
16 de Agosto de 1929. Archivo Municipal de Alicante.
Ya por aquel entonces, La Solana era una importante hacienda dedicada a la vid y el algarrobo. Disponía de su propia bodega y se decía que producía el vino de más alta gradación de la zona (más aún que en la cercana finca de El Poblet).


Casa-cueva de la Solana, con la fábrica de tabacos de Altadis (hoy sin actividad) detrás
 y la finca "El Poblet de Borbunyó" al fondo.

La familia Huesca se instaló en la casa cueva y estaba a cargo de toda la finca. Frente a esta hacienda se ubicaba el chalé de veraneo. Había sido construido tiempo atrás como casa de recreo para los Herrero. Años más tarde sería  desmantelado y parte de la dotación fue trasladada a Muchamiel, a otra casa de campo propiedad de la familia.

Finca "La Solana" de Fontcalent, tal como era en 1929.
Vuelo VF 1929-1930 Ruiz de Alda. Fuente: Fototeca GVA.

Hacia 1948 falleció el padre Huesca y Fernando fue llamado a filas, no obstante su madre y hermano permanecieron al frente de la finca aún por dos años más. En 1950 Amando Herrero, heredero de "La Solana", vendió la finca a los Roselló de El Rebolledo.

Por aquel entonces, los Roselló eran ya propietarios de la finca Lo Reig y de buena parte de la Sierra Fontcalent. Según nos contó Vicente, su abuelo había comprado esa hacienda en 1941 por 78.000 pesetas y constaba de 700 tahúllas de finca agrícola (unas 78 hectáreas) y 1400 tahúllas de sierra (156 hectáreas). A esa cantidad de terreno, su padre, Ramón Roselló, añadió La Solana en 1950. Los Huesca abandonaron la finca ese año, pero aún se encargaron de recoger la cosecha. Ramón Roselló contrató un capataz de Orihuela, que pasó a ocupar la casa-cueva. Se sustituyó la plantación de vid por otra de almendro, para lo cual tuvo que transformarse la disposición de los bancales a la situación actual.

Abancalamientos con muros de piedra. Rebosadero para, tras el riego
a manta, el agua pueda pasar de un bancal al siguiente.
En 1980 Vicente Roselló hereda la finca tras la muerte de su padre (Ramón Roselló), y se traslada a Lo Reig. La Solana hace ya mucho tiempo que está abandonada y poco a poco va sufriendo saqueos que acaban por reducirla a cascotes. Así continúa hasta que en 2008, junto con parte de la sierra, se vende a una sociedad de inversión valenciana. La venta era necesaria para poder acometer la reforma de Lo Reig, y la familia Roselló, después de más de 50 años se desprende de esta hacienda. Desde entonces continúa en estado de ruina, esperando un plan urbanístico que ponga la puntilla.

Extensión aproximada de "La Solana" sobre mapa del Sigpac. Modificado de E. Rosillo. 

Finca La Solana. Fontcalent

Finca La Solana. Fontcalent

Finca La Solana. Fontcalent

Finca La Solana con la Peña San Vicente de
Fontcalent en primer término

La Casa-cueva

Sobre el glacis de Fontcalent, que desciende suavemente desde la ladera hasta la A-31, se encuentra la casa-cueva de La Solana. Aprovechando un pequeño montículo del terreno, se excavaron dos habitaciones que profundizaban varios metros bajo la elevación. Una de ellas consistente en una única estancia, mientras que la otra se divide en dos. Pese a los largos años de abandono, presentan un buen estado de conservación, con todo el enlucido de yeso intacto y un zócalo pintado aún muy evidente. La parte exterior es otro cantar, apenas quedan unas pocas paredes en pie, y aunque se reconocen algunas estancias, como la cocina con parte de la chimenea, y un horno en la parte trasera, la mayor parte de la construcción yace en el suelo, formando montañas de escombros. La chimenea, muy maltrecha en la actualidad, permitía ver el interior su estructura curva, a base de yeso y cañas, materiales muy usados en las viviendas de  antaño.

Casa-cueva de La Solana.

Casa-cueva de La Solana.
Casa-cueva de La Solana. Habitaciones interiores.
Casa-cueva de La Solana. Habitaciones interiores.



Casa-cueva de La Solana. Habitaciones interiores.

Casa-cueva de La Solana. Habitaciones interiores.

Casa-cueva de La Solana.
Vista del chalé desde las habitaciones interiores.

Casa-cueva de La Solana. Horno.

Casa-cueva de La Solana. Hogar, 2009.

Casa-cueva de La Solana. Hogar, 2015.
Junto a la casa estaba la bodega, hoy no queda ni rastro y lo único que ha sobrevivido hasta nuestros días es su puerta, que aún cumple con su función en un almacén de Lo Reig.
Los restos de la casa han sido sometidos a numerosas rebuscas, ya que apenas puede encontrarse entera alguna de las tejas morunas que formaban su tejado original.

Puerta original de la bodega de La Solana. Hoy en Lo Reig, El Rebolledo.

Puerta original de la bodega de La Solana.
Hoy en Lo Reig, El Rebolledo.
El Chalé

A unos 80 metros de la casa-cueva, hacia el este, se encuentran las ruinas del chalé. Esta edificación fue en su día una bonita casa de recreo con tejado a cuatro aguas y montera. Se accedía por unas escaleras con balaustrada orientadas al sur y aunque su estado actual es de ruina, se ve que se trata de una vivienda más refinada dedicada al ocio.

Detalle de la Finca "La Solana" en 1929, con el chalé aún en pie.
Vuelo VF_1929-1930_Ruiz_de_Alda.
Desmantelado desde hace muchos años, hoy en día apenas quedan en pie algunas paredes. En una de las estancias, empotrado entre dos paredes, todavía puede verse el brocal de un estrecho pozo. La cisterna queda varios metros más abajo y nunca la he visto seca. Se nutría de agua de lluvia, el colector se encuentra al otro lado de la pared, pegada al camino que bordea el edificio, y suponía un importante recurso hídrico para la vivienda, aunque no el único.

Chalé de La Solana.

Chalé de La Solana.

Aljibe del Chalé de La Solana

Aljibe del Chalé de La Solana


Pared con zócalo y resto del enlucido original.

Resto metálicos encajados en la fachada, quizá pueda tratarse de
una antigua argolla para sujetar los caballos.

Restos de la balaustrada original del chalé.

Ladrillo macizo de la desaparecida Cerámica "El Sol", cuya factoría se
encontraba junto al campo de fútbol de Bardín a
espaldas del Cuartel de Benalúa.


La Balsa - Lavadero.

Frente al chalé y al otro lado del camino existe un conjunto de lavadero y balsa asociado. El lavadero ha perdido el tejado y los escombros están sobre las pilas de lavado. El rebosadero de las pilas vertía sobre la balsa, que concentraría las aguas para luego reconducirlas hacia las parcelas de labor.

Balsa-lavadero de La Solana con el chalé al fondo.


Balsa-lavadero de La Solana.

Balsa-lavadero de La Solana

Balsa-lavadero de La Solana
Tubería de cerámica que abastecía el lavadero.


Abastecimiento hídrico en "La Solana".

Cualquier finca agraria alicantina de esa época se encontraría con las mismas dificultades, la disponibilidad de agua. La Solana además se encuentra en la cara sur de la Sierra Fontcalent, en pleno semiárido levantino.
Asegurarse un suministro de agua era vital para estas haciendas y de eso se encargaba el imponente Aljibe de La Solana.
Apenas perceptible sobre una de las lomas de la finca, el aljibe se encuentra a unos 50 metros de la casa-cueva en dirección a la sierra. Desde las viviendas se aprecia un brocal cilíndrico sobresaliendo de la loma. Varios metros por debajo del brocal, se encuentra la galería por la que se accedía a la llave de paso. De esta galería, de unos 5,5 metros de largo, parte un canal en dirección al chalé y el lavadero que los abastecía y que alimentaba además los bancales por los que pasaba. Ante la necesidad de agua bastaba con abrir la llave y el agua brotaba hacia el canal por gravedad (o cómo diría Fernando Huesca "el agua del aljibe salía caballera").

Montículo donde se ubica el gran Aljibe de La Solana. 

Pozo inferior  y galería de acceso al aljibe, donde se ubicaban las llaves de paso
 y de donde partía el canal que alimentaba viviendas, balsa-lavadero y  bancales
Al subir a la loma del aljibe, se veía un segundo brocal a unos 20 metros del primero, anexo a éste segundo brocal, hay dos decantadores consecutivos, que actuaban de filtro. En ellos quedarían retenidos los sedimentos más gruesos y gravas que el agua arrastra en episodios de lluvias intensas. Al primer colector llega una zanja que en los primeros metros está cementada. Esta zanja canaliza las aguas hacia el aljibe y dispone de un partidor que permite desviar las aguas en caso de que el aljibe esté ya lleno. La zanja, ya sin cementar, continúa en una perfecta línea recta en dirección a la sierra, poco a poco va perdiendo entidad hasta perderse entre los espartos. Por el otro lado lado del partidor, llega otra zanja mucho más discreta que forma un ángulo con la anterior, esta área está parcialmente cementada para asegurar la mínima infiltración y un mayor aprovechamiento del agua de escorrentía. En conjunto, todas estas estructuras permitían una gran eficiencia, y aseguraban un gran aporte hídrico para el aljibe en cada episodio de lluvia.

Alzado del Aljibe de La Solana con sus dimensiones y cálculo de su volumen máximo. Autor: E. Rosillo.

Esquema general de la captación de aguas del aljibe, sus desagües y su dibujo en planta.
 Modificado de E. Rosillo sobre imagen visor Ayto. Alicante.



Zanja recta que baja de la Sierra hacia el partidor y los decantadores.

Partidor. Por la izquierda llega la zanja que baja de la sierra, de frente, la otra
zanja que delimita la zona de captación. Las ranuras para la compuerta de
desagüe, pueden verse en primer plano. Con la compuerta puesta, el flujo de
agua viaja hacia el aljibe, sin ésta, la mayor parte del agua que llega
se pierde por el desagüe hacia el barranco. 

Primer Decantador en primer término, detrás el segundo y el primer brocal.

Segundo Decantador y primer brocal.

Segundo brocal.
¿Pero por qué dos brocales? A diferencia de la mayoría de fincas de la zona, que disponían de un pequeño aljibe con una cisterna esférica y un pozo central, el aljibe de la solana, es un enorme depósito en forma de túnel y con una gran capacidad. Teniendo en cuenta que sus dimensiones son: 20 metros de largo, 3 metros de ancho y 5.5 metros de altura hasta el rebosadero, eso nos arroja una capacidad aproximada de 330.000 litros (330 metros cúbicos). Suficientes para abastecer dos casas y varios campos de cultivo, como así lo atestiguan las elocuentes palabras de Fernando Huesca "Yo nunca he visto fracasar el Aljibe de La Solana".


Interior del aljibe de La Solana, a pesar de su buen estado de conservación, el enlucido interior empieza a ceder.
Tubería de plomo por donde desaguaría el aljibe.
Se encuentra varios centímetros por encima del suelo,
probablemente para evitar la obstrucción por sedimentos. 



Túnel de acceso donde se ubicaba el mecanismo para
la salida de aguas (llave de paso), hoy desaparecido.

Entrada al túnel, con el antiguo dintel donde estaba
la puerta de acceso.

Puerta de acceso al túnel, detalle de la cerradura.

Puerta de acceso al túnel, detalle del techo.


Canal de riego que parte del túnel

Canal de riego que parte del túnel.


Otros aportes hídricos.

Paralelamente al cauce, aparece un conjunto de cuatro profundos pozos más o menos alineados, cuya función resultaba dudosa. Al analizarlos detenidamente, se encontró un abrevadero junto a uno de ellos (pozo 4) y restos de tuberías cerámicas junto a otros. La línea que seguían los pozos parecía acabar junto a un pequeño puente, que salva el barranco hacia el resto de tierras de labor. Al otro lado del puente, una profunda acequia parte paralela al camino en dirección a la balsa lavadero. En la parte baja de la acequia existe una arqueta con una llave metálica. La posible explicación para toda esta instalación, es que los agujeros son los restos de un minado subterráneo que traía agua desde zonas más altas del barranco y que hacían la función de pozos de aireación.  La salida de la mina, junto al puente, se habría colmatado de sedimentos, quedando soterrada.
Cuando el ingenio se hallase en funcionamiento, el agua pasaría por las tuberías al otro lado del barranco y se elevaría por la acequia a través de la arqueta, llegando finalmente a la balsa lavadero, desde donde podría reconducirse a los bancales de la finca.

En la foto aérea de 1929 ya se aprecia la acequia que parte desde el puente del barranco hasta la balsa-lavadero, sin embargo, Fernando Huesca que llegó a la finca a principios de los 40, no conocía la existencia de este sistema de pozos. Mi hipótesis es que originalmente pudo existir un azud que desviase las aguas desde el barranco hacia la finca, y más tarde este sistema se complementó o sustituyó por el minado. En cualquier caso, parece claro que los diferentes pobladores de esta finca buscaron activamente el recurso limitante de esta explotación agraria, el agua.

Esquema de los recursos hídricos de La Solana sobre imagen visor Ayto. Alicante. Modificado por E. Rosillo. 


Pozo 1, en segundo plano puede verse el camino,
a la izquierda del cual discurre la acequia que desagua
en la balsa-lavadero. Al fondo, los restos del chalé.
Pozo 2.

Pozo 2. Restos de las tuberías cerámicas.

Pozo 3.

Pozo 4. Junto a éste pueden verse los restos de un pequeño abrevadero.

Pozo 5. De mucho menos profundidad que el resto.
Podría tratarse de una prueba,
ya que no parece estar en línea con el resto de pozos
Acequia y arqueta junto al puente, la línea de los pozos
 quedaría del otro lado.
Esta práctica, consistente en construir minados paralelos a los barrancos, no es exclusiva de La Solana, apareciendo en otras fincas de la zona como en La Coronela de El Rebolledo.


El Puente

Ya hemos hablado de esta estructura que, salvando el barranco, permite el acceso a las tierras de labor del otro lado. En una de las prospecciones de la finca se descubrió una inscripción bajo el puente,  realizada sobre el cemento durante la construcción de esta obra. Parece leerse "Año 1929 Francisco Ripoll" (la parte del apellido es la menos clara, por lo que podría tratarse de otro).

Puente de "La Solana", con la Fontcalent de fondo.

Inscripción sobre el cemento del autor de la obra.

La Calera

Si seguimos el barranco aguas arriba hasta que salimos de él, llegamos a una pequeña explanada al pie de la Sierra. En este punto encontramos una calera, estructura  cilíndrica excavada en el suelo y revestida de rocas y argamasa. La mitad de la pared que da a la Sierra es algo más elevada que el resto, formando un abrigo. La finalidad de estas construcciones era la incineración de roca caliza durante varios días, para una vez trituradas, obtener la cal.

Calera de "La Solana" con la Fontcalent de fondo.


El Barranco 

Toda la vertiente sur de la Sierra Fontcalent se encuentra hendida con profundos barrancos que penetran muchos metros en los glacis de Fontcalent. Y es que, a pesar de que el recorrido desde la Sierra es corto, la verticalidad de la Sierra hace que en periodos de lluvias intensas, la fuerza del agua tenga un gran poder erosivo, y dibuje estas sinuosas torrenteras.
Desde la calera parte el Barranco de La Solana, que en su bajada, se va uniendo a otros cauces formando un intrincado retículo. A su paso por la finca forma profundas cárcavas de más de 5 metros, en algunos puntos incluso llegan a aflorar las aguas de infiltración.



Afloramiento de agua en Barranco de La Solana a su
 paso por la finca de dicho nombre.
Cruzándolo, los Canales del Taibilla.
Rana común (Pelophylax perezi), en uno de los afloramientos de agua
del Barranco de La Solana.

Uno de los profundos ramales del Barranco de La Solana.

La Cueva del Tío Pedro

Unos 600 metros aguas abajo desde La Solana, el barranco se abre mucho, dando paso a una llanura donde se depositan los sedimentos arrastrados. En el borde este del ensanchado cauce, se encuentra la Cueva del Tío Pedro. Se trata de una oquedad con varias estancias practicada en los conglomerados del glacis, que al parecer eran fáciles de trabajar. La cueva se hallaba protegida por una maraña de chumberas que la mimetizada con el entorno. Este cactus solía plantarse junto a las casas de campo como recurso alimenticio, actualmente la plaga que afecta a esta planta ha arrasado la práctica totalidad de los ejemplares y la Cueva del Tío Pedro resulta muy visible desde el camino de acceso a La Solana.
Hoy en día se encuentra en estado ruinoso, sirviendo de lugar de nidificación de golondrinas dáuricas, collalbas negras e incluso abejas. Antaño, según Fernando Huesca, albergaba al Tío Pedro y su familia, jornaleros que servían en La Solana.

La Cueva del Tío Pedro. 2015
La plaga de las chumberas empezaba a hacerse patente.

Entradas a la Cueva del Tío Pedro, con la Sierra
al fondo. Se aprecian las chumberas muertas. 2017

Hogar de la cueva.

Estancia con nido de golondrina dáurica.
En 2013 la Asociación de Vecinos "Amigos de Fontcalent" de el Rebolledo junto con Izquierda Unida, propusieron que se incluyese a La Solana en el catálogo de protecciones del Ayuntamiento de Alicante. Enlace a la Noticia Inclusión Diario Información
La propuesta fue bien recibida por los técnicos del área de cultura que supieron valorar el valor patrimonial del conjunto y sobre todo su "relevancia en el sistema de aprovechamiento de agua".

No obstante, a pesar de su inclusión en el catálogo, la protección efectiva nunca llegó. Los catálogos,  sin un plan urbanístico que los refrende y sin una partida presupuestaria asociada, sirven de poco, y en Alicante,  ningún gobierno ha conseguido consolidar un plan urbanístico desde 1987. Así que los restos de esta interesante finca agrícola siguen languideciendo cinco años después.

Probablemente La Solana nunca será restaurada, ni puesta en valor, pero esperamos que al menos su catálogo como finca histórica permita que una parte de su memoria acabe trascendiendo. Así podremos conocer las historias personales de sus moradores y cómo conseguían, mediante ingeniería rural,  adaptarse a la tan exigente vida en el campo.

Desde este humilde blog queremos contribuir a la consolidación de esa memoria oral, que pertenece a nuestros mayores y que, sin nuestro interés, se perderá con ellos. A continuación os dejamos un enlace a la entrevista que mantuvimos con Fernando Huesca sobre cómo era la vida en "La Solana".





Emilio Rosillo Parra

Más información en:

Fuentes:

  • Archivo Municipal de Alicante.
  • Fototeca GVA.
Todas las fotos y vídeos realizadas 
por Emilio Rosillo.